31 agosto 2005
JERUSALÉN – El obispo luterano Munib A. Younan pidió a israelíes y palestinos que se acepten mutuamente con espíritu de perdón, tras afirmar que sólo así ambas comunidades reconocerán sus derechos humanos, civiles, religiosos, nacionales y políticos y "sólo entonces la Tierra Santa será la Tierra Prometida de leche y miel para el pueblo palestino e israelí."
"En nombre de Cristo, quien nos enseñó a perdonar por su muerte en la cruz, exhorto a los israelíes a ver a Dios en la gente palestina y exhorto a los palestinos a ver a Dios en la gente israelí," dijo el líder de la Iglesia Evangélica Luterana de Jordania y la Tierra Santa en el Culto de Apertura del Consejo de la Federación Luterana Mundial celebrado el martes en esta ciudad.
Younan preguntó en su sermón si palestinos e israelíes están preparados para un futuro en común "sin murallas, cercas o barreras, sin ocupación ni violencia" y si hay disposición de los palestinos a que "la persona a quien tememos, pueda llegar a ser vecina, con la que podamos trabajar por la paz con justicia."
Nos encontramos, en este momento, en una coyuntura crucial. Muchas personas se preguntan si es posible lograr la justicia en este país. ¿Es posible poner en práctica el sueño de una solución bi-estatal, con una Jerusalén compartida? ¿Es posible encontrarle soluciones al derecho de retorno? ¿Es la presente retirada de Gaza el primer paso hacia el fin de la ocupación ilegal?, prosiguió.
Younan, quien pasó su infancia en un campo de refugiados de Jerusalén, sostuvo que "sí es posible" alcanzar la paz con justicia en todos sus aspectos "cuando la gente llegue a percibir que la seguridad de Israel depende de la libertad y la justicia para el pueblo palestino, y simultáneamente, la libertad y la justicia para el pueblo palestino depende de la seguridad de Israel."
Afirmó que la historia de ambos pueblos incide fuertemente en el conflicto israelí-palestino; sin embargo, indicó "no debemos permitir que nos arraiguemos tanto en nuestras historias de sufrimiento que no seamos capaces o no querramos entender el sufrimiento de otras personas.
Debemos aprender, ambas partes, a reconocer la validez de la verdad de la otra parte," agregó.
Insto a la iglesia a cumplir su papel profético de invocar la justicia, la humanidad y la recuperación y la sanidad, pues afirmó, si la iglesia calla "entonces me temo que extremistas de ambos lados podrán retener secuestradas a la paz y la justicia en el Medio Oriente."
El obispo luterano deploró que el mundo globalizado pierda valores y llegue al punto de "adorar las armas, los muros y la guerra, en nombre de la paz y la seguridad" y denunció que incluso se usan las Sagradas Escrituras de la religión "para justificar la injusticia y sustentar la opresión y la supremacía."
¿Cuántas guerras y conflictos se han desencadenado en los últimos años por causas ideológicas u obtusas políticas partidistas, disfrazadas de consideraciones de seguridad, o valiéndose de argumentaciones escatológicas o sagradas escrituras para justificar la matanza o la ocupación? Y ninguna de estas acciones está asentada en la verdad, aseguró.
Younan dijo que los conflictos en el Oriente Medio son una clara muestra que ideologías enfermizas, mentiras y maquinarias propagandísticas, pueden satanizar y engendrar odio, espiral de violencia y extremismo destructivo.
Decir la verdad ha de ser la base para sanar nuestras estropeadas sociedades y conflictos, señaló y fustigó a quienes tratan de convertir conflictos políticos en guerras religiosas "profanando los escritos santos de algunos seres humanos y regateando su respeto a los lugares sagrados de otros."
El religioso dijo que existe una nueva ola de antisemitismo, islamofobia y proliferación de la xenofobia que estigmatizan y satanizan por racismo, temor e ignorancia.
"Este movimiento da pábulo al odio, la ira y el temor contra otras personas y lo mantiene vivo asignándole la cara del enemigo," afirmó.
Sostuvo que las iglesias cristianas palestinas han denunciado esta clase de intolerancia y extremismo, y mantienen su vocación de reconciliación para formar una nueva generación de fieles "que busquen con urgencia ver a Dios en otras religiones y culturas y que animen a todas las personas a buscar valores en común de respeto para toda vida humana, mutua comprensión, amor, justicia, perdón y sanidad."
Younan recordó su niñez como refugiado en Jerusalén y señaló que su familia le enseñó a respetar el islamismo, el judaísmo, el cristianismo y otras tradiciones. "Ahora, cada vez que observo lo que está sucediendo en el mundo actual, me siento consternado y apenado de ver que el mundo parece creer más en el amor al poder que en el poder del amor," refirió.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
|