31 agosto 2005
JERUSALÉN – Un llamamiento a las iglesias y a los cristianos a contribuir a un ministerio de reconciliación en la sociedad y con la creación formuló este miércoles el obispo Mark Hanson, presidente de la Federación Luterana Mundial (FLM), en la sesión inaugural del consejo directivo del organismo internacional.
La reconciliación debe ser vista como un don de Dios y como un mandato que la iglesia debe cumplir, derribando los muros que dividen unos a otros en la sociedad y creando condiciones para relaciones sostenibles con el hogar planetario, dijo Hanson.
El obispo Hanson, también presidente de la Iglesia Evangélica Luterana de los Estados Unidos (ELCA por sus siglas en inglés), presentó sus reflexiones sobre la reconciliación ante el Consejo, órgano máximo de dirección de la FLM entre asambleas, que se reúne en el Centro Internacional de Belén del 31 de agosto al 6 de septiembre.
Para el líder de más de 66 millones de luteranos en el mundo, el ministerio de la reconciliación exige un compromiso con la verdad y una actitud profética, que no minimice la realidad de la situación. La verdadera reconciliación, agregó citando al premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, expone todo el horror, el abuso, el dolor, la degradación, la verdad.
En su informe al Consejo, el obispo Hanson criticó la teología de la Prosperidad, que promete ganancias financieras y éxitos a quienes siguen a sus líderes y a aquellos que en Estados Unidos predican una religión que "hace sentir" bien a la gente, pero que difiere de la Buena Nueva de la reconciliación con Dios y del perdón por la gracia de Dios mediante la fe.
Lamentó la división que se observa en algunas miembro de la FLM por acción de iglesias pentecostales y fundamentalistas y planteó la necesidad de una conferencia ecuménica internacional para abordar el tema de la interpretación cristiana de la Biblia, debido a la creciente influencia entre las iglesias de una lectura fundamentalista-literalista de las Escrituras.
En el contexto de las tensiones que reinan en la iglesia, de la violencia y división dentro de y entre las naciones y de la destrucción del medio ambiente, Hanson destacó como signo de esperanza la convergencia de evangélicos conservadores, católicos-romanos, luteranos, anglicanos en el compromiso de luchar contra el hambre, de reducir la pobreza en el mundo y de cuidar el medio ambiente.
Hanson hizo un llamado a la solidaridad con los pobres. "Desde allí proclamaremos la buena nueva y nos comprometeremos en actos de compasión y lucharemos por la justicia," concluyó.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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