21 abr 2005 Por Héctor Carrillo
LLANQUIHUE, Chile – En una convención conjunta, celebrada el 16 y 17 del corriente mes, en esta ciudad del sur de Chile, la Iglesia Evangélica Luterana en Chile (IELCH) y la Iglesia Luterana de Chile (ILCH), conversaron sobre la unidad de ambas, después de treinta años de separación.
Fue la segunda convención conjunta, auspiciada por el Consejo de Iglesias Luteranas de Chile (CILCH) y asistieron un centenar de personas, con el propósito de sanar las heridas que llevaron al cisma a ambas iglesias en 1974.
La división en la Iglesia Evangélica Luterana se produjo como consecuencia del golpe Militar del general Augusto Pinochet, que tuvo lugar el año 1973.
El obispo Helmuth Frenz, junto con el cardenal de la Iglesia Católica, Raúl Silva Henríquez, fundaron el Comité Pro Paz para prestar ayuda en primera instancia a los refugiados extranjeros que se encontraban en el país. El obispo Frenz y los pastores se integraron a esta cruzada solidaria, que luego se extendió a los presos políticos y sus familiares.
Un sector de la iglesia, principalmente las comunidades alemanas, no estaban de acuerdo con el rumbo tomado por la iglesia y acusaron a los líderes del movimiento de filo marxistas.
Del 31 de octubre hasta el 3 de noviembre de 1974 se convoca al Sínodo, en la ciudad de Frutillar, en el sur de Chile. Allí se producen duras controversias, que no llegan a ningún acuerdo. Un grupo de delegados de las comunidades de tradición alemana abandonan el Sínodo. Ellos piden la salida del obispo Frenz y de los pastores extranjeros.
Los miembros que apoyan la labor solidaria de Frenz y los pastores siguen en reunión, produciéndose así el quiebre de la iglesia. Esto llevó a las comunidades disidentes a reunirse el 19 de junio de 1975 en la ciudad de la Unión y constituir la Iglesia Luterana de Chile (ILCH)
En la convención conjunta de la semana pasada, el teólogo y ex presidente de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana del Brasil, Huberto Kircheim, disertó sobre "La misión de los luteranos en América Latina y la superación de las diferencias dentro de las iglesias."
Kircheim manifestó que "tenemos una misma fe, un mismo Padre y compartimos con los hermanos nuestras alegrías y dolores. Son elementos que nos acercan como iglesia. Cada iglesia tiene su dinámica y ambas deben respetarse."
En la reunión se elaboraron algunas pautas para seguir trabajando un documento llamado "Compromiso de iniciativas." Se acordó compartir iniciativas de misión y en torno a la fundación de nuevas comunidades y que se confeccionará una página Web en común.
También se decidió realizar una nueva Convención Conjunta el próximo año. Todos los delegados de ambas iglesias compartieron en un espíritu de fraternidad y comprensión.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación
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