10 mar 2005
NUEVA YORK – El boicot contra la gigantesca empresa de comida rápida Taco Bell terminó el pasado martes al llegarse a un acuerdo con el Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos (NCC por sus siglas en inglés), promotora de la medida.
El boicot empezó a aplicarse hace tres años, a raíz de una disputa en torno a los salarios y condiciones de trabajo de los cosechadores de tomates en el sur de Florida, agrupados en la Coalition of Immokalee Workers (CIW).
"Es realmente una buena noticia" declaró el secretario general de la NCC, Bob Edgar, al anunciar que Taco Bell había aceptado negociar sobre el trato dado a los trabajadores agrícolas de la industria del tomate en Florida.
Edgar indicó que le complacía la noticia, debido a que, a principios de semana, el Senado rechazó un proyecto para elevar el salario mínimo de 5,15 dólares la hora a 7,25 dólares.
Es una buena noticia, agregó Edgar, para un grupo de trabajadores que eran explotados y para la comunidad religiosa, que ha estado muy activa en el boicot.
El boicot de consumidores fue apoyado principalmente por la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos, la Iglesia de los Discípulos de Cristo y la Iglesia Unida de Cristo, integrantes del NCC.
El sindicato declaró que ponía fin al boicot porque la empresa prometió mejorar las condiciones de trabajo de los obreros agrícolas que trabajan para las empresas que les proveen de tomates y mejorar sus salarios.
"Esta es una victoria importante para los trabajadores agrícolas, porque establece una nueva norma de responsabilidad social en la industria de la comida rápida y producirá un inmediato cambio en la vida de los trabajadores," dijo Lucas Benitez, dirigente del sindicato. "Significa un mensaje claro para los dirigentes de otras industrias," añadió.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)
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