17 noviembre 2004
GINEBRA, Suiza - Con ocasión de celebrarse el próximo viernes 19 el "Día Mundial de Prevención del Abuso de los Niños," Ruth Lee, una trabajadora de la sección de Asia del Programa de Dignidad de los Niños, del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), advirtió que es mucho más lo que las iglesias podrían y deberían hacer, tanto dentro de ellas mismas como en el conjunto de la sociedad para defender a los menores.
En un artículo, Lee anota que la celebración tiene por objeto concientizar, movilizar a la opinión pública, realizar acciones y difundir información sobre programas de prevención de los abusos de la infancia.
Recuerda, sin embargo, que hay una tendencia a equiparar "abuso de los niños" con "abuso sexual de los niños," debido a la gran publicidad que esto último recibe. Pero se olvida que el tema tiene una definición mucho más amplia y abarca: "violencia, daños o abusos físicos o mentales, trato desdeñoso o negligente, maltrato o explotación, incluido el abuso sexual."
En todo el mundo, se trafica con miles de ellos como mercancía útil para el trabajo o el sexo, se los obliga a trabajar en minas o fábricas peligrosas o a luchar en los ejércitos, experimentan los horrores de la guerra, se los obliga a vivir en las calles.
Asimismo, se los separa de sus familias por causa de la guerra o del VIH/SIDA, se los expone a la violencia en sus propios hogares y escuelas, y la lista continúa. Estos son casos de abusos de los que apenas oímos hablar.
Las iglesias e instituciones civiles están trabajando en esto, como reacción a las múltiples denuncias que las asocian con abuso sexual con los niños. Pero subsiste la duda inquietante de si las iglesias se habrían realmente puesto en marcha para proteger de veras a los niños de no haber sido por las extensas informaciones periodísticas.
Todo esto obliga a considerar desde una perspectiva muy diferente la pregunt a: "¿Hacen bastante las iglesias para proteger a los niños de los abusos?" Que se haya puesto en marcha una política de protección, por importante que sea, no significa que se haya prevenido los abusos de los niños. "Prevención" y "protección" son enfoques interdependientes.
Además de montar mecanismos de protección, las iglesias deben desempeñar un papel esencial enfrentándose con los factores que contribuyen al peligro de abuso de los niños. Entre ellos Lee mencionan: estructuras sociales sexistas, economía, casta o clase, tensiones medioambientales, guerras y conflictos, discriminación, situación familiar (ausencia del padre o la madre, o de ambos, por ejemplo), dificultades en las relaciones, problemas de depresión o salud mental, o lugar de los niños en la sociedad en general.
Tal vez este último punto es el más importante. Los niños son especialmente vulnerables a la violencia, la explotación y el abuso precisamente por su vulnerabilidad ante los adultos y su dependencia de ellos. Cuando las condiciones son propicias para que los adultos utilicen mal su posición de poder respecto a los niños es cuando éstos sufren los abusos.
Ruth Lee ha trabajado con el CMI los dos últimos años. En diciembre próximo asumirá el cargo de Oficial de Política Social en la Unión de Madres del Reino Unido.
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)
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