16 noviembre 2004
SAO LEOPOLDO, Brasil - Católicos e evangélicos de confesión luterana estuvieron de acuerdo en que sería conveniente emitir, a nivel mundial, una declaración conjunta de las dos iglesias sobre los ministerios.
Al concluir un Seminario Bilateral Católico Romano - Evangélico Luterano, reunido el 8 y 9 de noviembre, en Sao Leopoldo, los representantes de las dos iglesias declararon que el ministerio eclesiástico, ordenado, es una institución divina, que no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio.
En el encuentro participaron sacerdotes, pastores, obispos y teólogos de las dos denominaciones, que enfocaron sus debates en el estudio del tema "Tradición y sucesión apostólica."
"Tenemos numerosos puntos en común," declararon católicos y luteranos. Las dos iglesias se consideran inscritas en la misma corriente de tradición, en cuanto a la interpretación y transmisión continua del contenido del Evangelio.
"Nuestra unidad es, por tanto, anterior a nuestra separación," anotan. "Tenemos la comprensión común de que la sucesión apostólica se deriva de la universalidad del Evangelio y se expresa en la comunidad de fe," señala la declaración.
Consideramos que es fundamental continuar este proceso de diálogo, tratando de no dar primordial importancia a nuestras diferencias, como si esa fuera la principal regla de convivencia, agrega.
En el campo de las diferencias entre católicos y luteranos, "no nos corresponde tratar de hacer retroceder la rueda de la historia, sino mirar hacia el futuro y vislumbrar las oportunidades que nos ofrece," afirma.
Católicos y luteranos brasileños reafirman que el ecumenismo no pretende nivelar o negar identidades, sino posibilitar la comunión entre diferentes en armonía, complementación y servicio mutuo, en un panorama de unidad en la diversidad reconciliada, inclusive en la forma que se ejerce el ministerio.
Finalmente, católicos y luteranos afirman que es urgente que "dejemos de vivir en nuestras iglesias como si las otras no existieran. Que podamos vernos, no como competidores, sino como hermanos y hermanas de una misma familia, aprendiendo a convivir con las diferencias. Y en este sentido, que aceptemos el reto de orar cada domingo los unos por los otros."
Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación (ALC)
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