9 de abril de 2003
Por Nils Carstensen
Mientras la guerra en Irak parece encaminarse
a su fin, y el futuro del pams permanece incierto, la preocupacisn
por los civiles iraqumes continza aumentando. Al mismo tiempo en
que las fuerzas de la coalicisn luchan en las calles de Bagdad,
el sufrimiento y las necesidades de la poblacisn se intensifican.
Muchos de los 1,7 millones de habitantes de Basora
han tenido que arreglarse con escasos alimentos y agua potable insuficiente
y sucia. Esta situacisn es insostenible e inaceptable, y si continza
mucho mas no sslo pondra en peligro muchas vidas civiles, sino que
conducira a una situacisn en la que las fuerzas de la coalicisn
y sus gobiernos podrman ser acusados de posibles violaciones de
las Convenciones de Ginebra. Las Convenciones prohmben claramente
a los combatientes utilizar el hambre como arma e insisten en el
libre paso de ayuda humanitaria. Aunque la intencisn no sea isa,
la realidad militar en Irak hace cada vez mas probable que las partes
contendientes entren aceleradamente en conflicto con el derecho
internacional humanitario.
La situacisn en torno a Basora podrma ser una
muestra de lo que ocurrira en Bagdad. La poblacisn de casi cuatro
millones es ya sumamente vulnerable tras una dicada de sanciones
de las Naciones Unidas, semanas de ataques aireos bajo la operacisn
denominada "conmocisn y espanto," reservas alimentarias menguantes,
un colapso de las comunicaciones y un fragil sistema de suministro
de agua. En suma, se esta gestando una catastrofe humanitaria.
Cualesquiera que sean la reputacisn del rigimen
iraqum y su manera de tratar a sus propios ciudadanos, los gobiernos
de los Estados Unidos, el Reino Unido y otros pamses de la coalicisn
seran blanco de severas crmticas nacionales e internacionales si
se les ve como violadores de lo que es la piedra angular del derecho
internacional humanitario: las Convenciones de Ginebra.
Tumultos en torno a los alimentos
La reciente cobertura televisiva de distribuciones
de ayuda mal preparadas en el sur de Irak mostrs imagenes de lo
que equivalma a algo mas que disputas por los alimentos en las que
se beneficiaban solo los mas jsvenes y los mas fuertes.
Algunos expertos ven estos incidentes como ejemplos
de lo que puede suceder cuando se afrontan las necesidades de la
poblacisn civil enferma, sedienta o hambrienta como parte de una
estrategia militar de "conquistar corazones y mentes," en lugar
de dejar que atiendan a tales necesidades organismos de socorro
experimentados e independientes.
"Lo que hemos visto los zltimos dmas en el sur
de Irak es exactamente una ilustracisn de por qui los militares
deben dejar que personal civil humanitario con experiencia planifique
y realice los trabajos de socorro," dice Rick Augsburger, director
de programas de emergencia del Servicio Mundial de las Iglesias
(CWS) con base en los Estados Unidos y copresidente del Comiti de
Interaccisn de Practica y Polmtica Humanitaria, una coalicisn de
agencias de socorro estadounidenses.
En Amman, Jordania, Martin Dawes, de UNICEF,
recalca que tales escenas casticas en el sur de Irak pueden suceder
cuando se realiza "una distribucisn sin asesoramiento adecuado y
no se dispone de personal experimentado sobre el terreno para cuidar
de que los alimentos lleguen a los mas necesitados."
Para Rick Augsburger, se trata de algo mas que
incidentes desdichados. "Visto que los militares pueden mover a
un cuarto de millsn de personas de un lado al otro del planeta en
poco tiempo, uno pensarma que si la atencisn al pueblo iraqum fuera
un objetivo primario tambiin serman capaces de iniciar el proceso
para facilitar a las agencias humanitarias el acceso y el espacio
que necesitan para socorrer a la poblacisn de manera efectiva e
imparcial."
Falta de respeto por la experiencia
Rick Augsburger y sus colegas en Interaccisn
son crmticos respecto al enfoque y la actitud de la administracisn
estadounidense en la cuestisn de la asistencia humanitaria a Irak.
"Lo que hemos visto en las zltimas semanas ha
sido el desdin por parte de los Estados Unidos de las estructuras
humanitarias experimentadas," dice Augsburger, refiriindose a la
forma en que se desdibuja deliberadamente la distincisn entre operaciones
humanitarias y militares. La administracisn estadounidense, por
ejemplo, ha establecido dentro del Ministerio de Defensa una Oficina
de Reconstruccisn y Asuntos Humanitarios (ORHA), que es parte de
una estructura dirigida por los Estados Unidos para planificar y
controlar las futuras operaciones humanitarias en Irak y comprende
un Centro de Operaciones Humanitarias (HOC) actualmente radicado
en Kuwait. El personal de la oficina del HOC son militares estadounidenses,
kuwaitmes y britanicos.
Al actuar asm, las fuerzas de la coalicisn y
sus gobiernos han dejado practicamente de lado a los actuales organismos
de las Naciones Unidas y a las organizaciones no gubernamentales
(ONG) con experiencia de decenios en Irak y en grandes catastrofes
en todo el mundo. Muchos organismos de socorro temen tambiin que
tal mezcla deliberada de mando militar y ayuda humanitaria constituya
una real amenaza para los principios de neutralidad y distribucisn
de ayuda en funcisn de las necesidades, que se consideran cruciales
para la efectividad del trabajo de socorro.
"Esto puede sentar un precedente destructivo
no sslo para Irak sino para las operaciones humanitarias en zonas
de conflicto de todo el mundo," dice Rick Augsburger, del CWS.
Se reclama la coordinacisn de las Naciones Unidas
La mayorma de las grandes agencias humanitarias
estan ahora manifestando que no estan dispuestas a dejarse conducir
dscilmente por las estructuras HOC y ORHA de la coalicisn liderada
por los Estados Unidos. Al contrario, se han volcado en apoyo al
restablecimiento de las Naciones Unidas y su Oficina de Coordinacisn
de Asuntos Humanitarios (OCAH) como srgano de coordinacisn general
para las actuales y futuras operaciones humanitarias en Irak.
"Ninguno de nuestros miembros esta dispuesto,
por ejemplo, a recibir una tarjeta de identidad del HOC en Kuwait,
sino que se trabaja para tener un mecanismo inserto en las actuales
estructuras de las Naciones Unidas y las ONG," dice Joel McClellan,
del Comiti Permanente de Respuesta Humanitaria, alianza con base
en Ginebra de nueve de las mayores y mas experimentadas agencias
humanitarias privadas del mundo, entre ellas Save the Children,
la Federacisn de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, el Comiti
Internacional de la Cruz Roja y ACT Internacional del Consejo Mundial
de Iglesias. Estas agencias insisten en la coordinacisn a cargo
de las Naciones Unidas y no de un srgano responsable en zltima instancia
ante el ejircito estadounidense, para asegurar la imparcialidad
y la independencia.
Desde Jordania, Daniel Augstburger, de la OCAH
en Irak, resumma: "La distribucisn de ayuda debe ser realizada por
organizaciones civiles. Sslo organizaciones especializadas, sean
Naciones Unidas u ONG, pueden garantizar la distribucisn imparcial
de suministros esenciales. Su independencia y su experiencia son
exactamente lo que les permite ayudar a la poblacisn civil en una
situacisn de conflicto y hacerlo desde una posicisn neutral y en
atencisn a evaluaciones profesionales de las necesidades."
La insistencia en una firme distincisn entre
operaciones humanitarias y militares es cada vez mas importante.
Lo que una mirada distante podrma percibir como basicamente un asunto
de elevados principios humanitarios, se reduce esencialmente a cuestiones
concretas de acceso a poblaciones menesterosas y a problemas de
seguridad para los trabajadores humanitarios durante y despuis de
la guerra en Irak.
Consejo Mundial de Iglesias
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